Trap, Electrónica y Rock conviven en esta nueva edición del Bilbao bbk Live 2023 (viernes 7)

No llegué a Dadabe, grupo más que interesante de Getxo porque poco antes de salir de casa cayó una fuerte tormenta y preferí esperar.
Albany: Una de las reinas trap en la península, la voz sad (triste) como la denominan. Compareció unos cuantos minutos tarde y cuando lo hizo hubo problemas con la voz, no se oía, ella no se dió cuenta y siguió cantando, la tenían que haber avisado para que parase. El problema técnico tardó un poco más de la cuenta en soluccionarse, de ahí que la duración del bolo tuvo que reducirse a los 25 minutos.
Me desplacé a Morgan con pocas esperanzas de verlo entero, la verdad es que no soy capaz de pillarles el punto y está vez no iba a ser diferente. Tras un par de temas recalé en Bilbao, banda alemana de Hamburgo, de indie-pop muy vistosa y animada que revitalizó a todo el personal. El nombre de Bilbao proviene de una canción nostálgica de Yves Montand. Aquí me reuní con mis amigos que acababan de aterrizar y tuvimos claro dónde ir, a Tinariwen, numeroso público para recibir a esta formación tuareg veterana formada en Argelia en 1979. Tinariwen en tamakesh significa «los desiertos». El arranque fue alentador, vestidos con túnicas y pañuelos beduinos rasgaban las guitarras dando una nota de color, sonaba distinto a todo lo oído hasta ahora en Kobetamendi. Llegué a comentar que grupos como éste son buenos para la diversidad del Festival. No obstante, fui yo quien a los 15/20 minutos sugerí cambiar de escenario porque el sonido se me estaba haciendo monótono y repetitivo, los demás asintieron y nos movimos a ver qué había por ahí.
Róisín Murphy: Cantante, compositora, productora, modelo, diseñadora y actriz irlandesa. Es conocida por su anterior banda Moloko. Nos gustó su propuesta de Dance y Música Electrónica. Los cambios de vestuario y las pelucas dieron mucho juego. Mis amigos se fueron a pedir y ya no volvieron, aprovecharon para cenar en la cervecera.
Mis amigos solo habían venido la jornada del viernes para ver a Pavement, banda estadounidense de indie rock formada en Stockton, California en 1989. Disuelta en 1999 para volver a reunirse en 2010. Pocas veces ha habido un cabeza de cartel en el BBK Live que congregase tan poco asistencia (Suede, Jane´s Addiction…) Así que nos posicionamos a placer. Los Pavement ofrecieron un concierto sólido, áspero a ratos, sin fisuras y sin ningún tipo de concesiones. Al acabar nos costó alcanzar el escenario 2, estaba a reventar, creo que nunca lo he visto así. Phoenix reinaba a sus anchas, el público rendido vitoreaba una y otra vez. Es cierto que la banda francesa lleva varios años muy bien posicionada pero a nosotros no nos llegó a emocionar, se dejaba oír amablemente, demandábamos algo más de complejidad. Seguido nos dirigimos a presenciar a The Murder Capital, banda post-punk irlandesa creada en Dublín en 2018. Oscuros, intensos, introspectivos……elegantemente ataviados. El vocalista fue todo un torbellino, la de pogos que se montaron, pocos masivos. Lo trabajaron a pulso logrando convencernos para colocarla en el selecto grupo de nuestras bandas destacadas.
Así sin querer, poco a poco, aguantamos hasta las 3 de la madrugada para ver a La Élite, en la carpa que se puso patas arriba. El dúo de Lleida con un único álbum en el mercado «Nuevo Punk», Punk electrónico y con un alegato punk se quedaron con el numeroso público nada más salir. Aquello fue un continuo y trepidante delirio salvaje, prácticamente media carpa fue tomada por los pogos.
La segunda jornada había concluido para nosotros, el Festival continuaba con múltiples recovecos para perderse.

(Post de Iñaki Gallardo)