Crónica de Manolo García en el Euskalduna de Bilbao
Soy de esos bilbaínos que todavía no conocían el Palacio de Congresos y de la Música Euskalduna por dentro. Y mira que se inauguró ya hace veinte años, mayoría de edad, introducir su voto en la urna ya podría. Hasta que me llega esta oportunidad, hoy 21 de Diciembre, de la mano de Manuel García García-Pérez, el reputado cantautor, compositor y pintor catalán, más conocido como Manolo García. Vas a entrar en Champions, me dicen días antes. La entidad del rival así lo indica. Voy por todas.
El conteo de gente es incesante. Lleno hasta arriba, cartel de entradas agotadas y mucha gente guapa. Desentono con mi gorra. Me da igual. El acústico está pronto a comenzar y me apresuro a localizar mi butaca. Está ocupada. No pasa nada, me pongo en otra que está libre de la misma fila y las luces quedan apagadas. Rayos y retruécanos, hemos llegado justísimo de tiempo.
Todo se inicia con Olvido Lanza, violín en mano, sacando notas de su instrumento mientras se acerca parsimoniosa al escenario. Ella será una de los hasta siete componentes que acompañarán al barcelonés, que no tarda mucho en aparecer dando la bienvenida, papel escrito en mano, en euskera. Su esfuerzo es recompensado y ya alterna aplausos y sonrisas de los que estarán las próximas horas frente a él.
El setlist tiene su punto de partida con “Exprimir la vida” seguido de “San Gennaro”, canción de su primer grupo (Los rápidos). Habrá alguna más con las que mande guiños a la banda con la que se inició, como por ejemplo “Navaja de papel” donde baja del proscenio y entabla saludos con varios de los presentes. El intercambio será mutuo ya que incluso el artista será agraciado con ramos de flores de varias fans.
Con “Sombra de la sombra de tu sombrero” llegamos al tercio del espectáculo y no tarda en volver a descender, esta vez recorriéndose más tramo del palacete. No hay duda, está en plena forma, escalera para arriba escalera para abajo. Evidentemente, es imposible seguir la norma de no grabar videos, a ver quién aguanta sin sacar el celular teniendo al artista a un palmo.
Tras “Sobre el oscuro abismo en que te meces”, nueve jaulas perfectamente iluminadas ejerciendo de farolillos descienden del cielo adornando el escenario y sumándose a las colocadas previamente en él. Es el punto de inflexión de las primeras notas de “No estés triste”.
No puede faltar “Pájaros de barro”, uno de los éxitos por excelencia de Manolo. El público coge el guante y canta a coro. Es la recta final y es obvio que va a terminar con lo más reconocible. Canciones como “A San Fernando, un ratito a pie y otro caminando”, un popurrí de El último de la fila y “Nunca el tiempo es perdido” son el colofón impecable antes de dar entrada a los bises que se segregan en un total de once temas, desde “Como quien da un refresco” hasta “Un giro teatral”, pasando por “Rosa de Alejandría” o “Para que no se duerman mis sentidos”.
Finaliza con “Insurrección”, tema compuesto en 1986 y que ha quedado como un himno no solo de aquellos que lo degustaron en su brotar, sino también de las siguientes generaciones y la ranchera de José Alfredo Jiménez, “El rey”.
Ahora sí que sí, no hay más que rascar. Hemos pasado las tres horas de representación y pese a lo parcialmente desesperante de ver un concierto sentado sin posibilidad de soltarse un poco, la sensación es de un éxito tremendo y de estar amortizados los euros pagados.
El que quiera repetir no podrá ser este año ya que pese a tener dos actuaciones programadas, el 27 y 28 en el Palau de la Música de Barcelona, su ciudad natal, ha colgado el cartel de no hay billetes.
Por mi parte desear a todos los lectores de esta web, Musikota.com (con k y no miro a nadie) una muy feliz navidad y próspero año nuevo. Hasta el próximo año.
Aquí tenéis el vídeo de “Un giro teatral” con poca calidad, por dicha norma, de Manolo García en el Euskalduna de Bilbao
(Texto: @vitxu31)