Crónica de Jarabe de Palo en la Sala Santana 27 de Bilbao
Viernes 30 de Noviembre. La última noche del mes congrega en la sala Santana 27 de Bilbao, con aforo para 1.500 personas, al grupo español Jarabe de palo dentro de su gira 20 años tour. La hora elegida para el evento, las diez de la noche y su público fiel no les va a dejar solos.
Son las 22.05 y sale el primer miembro de la banda. Jimmy Jenks Jiménez, saxofón en mano comienza a engatusarnos con su fina melodía. Es el preludio de lo que serán 90 minutos de estribillos machacones y versos que agarraremos al aire para hacerlos nuestros. Seguidamente, el resto. Comenzamos.
El primer tema, “Dueño de mi silencio”, de su explotadísimo primer álbum, aquel con el que degustaron el éxito allá por 1996. Tras él, el típico «gabón Bilbo» para presentar la gira y a continuar el show.
“Realidad o sueño”, “Depende”, “Ying Yang”… todo rueda como estaba preparado hasta que llega un pequeñito incidente con el inicio de la siguiente canción. Desparpajo a raudales, Pau Donés lo solventa en un periquete con las típicas batallitas y ya puede sonar “Olé”.
Estamos ya en el núcleo de la sesión. Quedan muchas conocidas y hay que ir a por ellas. “Agua”, la cual el cantante dedica a todas las mujeres es la primera de ellas. No mucho más tarde llegará “Bonito”, con la que más de una garganta entrará ya en reserva.
Y por si fuera poco, el tema estrella de una banda que ha cumplido dos décadas, “La flaca”. Eso sí, el señor Donés se apiada de los fans, y para recobrar un mínimo de voz narra la historia de la canción, la que trata de aquella cubana que le ganó el corazón.
Poco queda ya. Ha sabido a escaso pero para compensar hay que terminar bien arriba. Lo hace con “Grita”, con la que en la despedida, cede el centro del escenario a los músicos que le han acompañado en la sombra de cada estrofa. Como no puede ser de otra manera desde abajo se piden bises.
A su vuelta, no se queda con las ganas de contar la anécdota de su primera vez en la capital vizcaína. Plaza del gas, lugar perfecto para los conciertos de Aste Nagusia que el ayuntamiento acabó defenestrando, estampida general nada más terminar el último acorde de la que era su tema estrella, promesa de volver a tocarla…. Una sonrisa emerge de su boca. Historietas que se te quedan en la cabeza aunque pasen los años….
Tres temas más, con la sorpresa de una versión de “La vida es un carnaval” de Celia Cruz y esto queda finiquitado. El logo clavado de los 20 años que cesa en sus cambios de color y la promesa de que volverán son detonantes perfectos, por si queda algún despistado, de que no hay más donde rascar. Ha sido puro jarabe de palo en vena.
Aquí tenéis el vídeo final de «Tiempo» + «La vida es un carnaval»:
(Texto: Victor Argüelles)
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